Una correcta limpieza diaria suave pero concienzuda es la base de una piel sana. Elegir los productos específicos para cada tipo piel, elegidos para adaptarse a las necesidades de cada uno, pueden proteger la piel del rostro frente a influencias externas agresivas, como el sol, los climas calientes y fríos y la contaminación atmosférica. También te ayudan a calmar la piel irritada, restablecer en ella un estado saludable y evitar la aparición de enfermedades cutáneas.